Estoy completamente convencida de que aunque estemos en pleno siglo XXI a la vanguardia del progreso y la tecnología, aun siguen extendiéndose los rituales equivocados y siguen perdiéndose los verdaderos valores: El 14 de febrero, dia del amor y la amistad.
Puede ser que no tenga claras las prioridades de mis hijos, ni las mías propias pero debo comprarle un súper regalo a mi pareja o invitarlo a cenar a un sitio de moda costoso, mientras mas dinero gaste, mas amor demuestro. Es lamentable que se hayan perdido los verdaderos rituales: los trovadores que iban de casa en casa contando historias infinitas que se aprendian de generacion en generacion, las fogatas alrededor de las cuales se celebraba el milagro de la vida y se regalaban besos y abrazos, hasta ese gran personaje llamado Jesús le demostró amor a sus discípulos y amigos lavándoles los pies, en un verdadero acto de humildad y respeto, animandolos a amar al projimo como a si mismos.
En esta loca carrera llamada VIDA, nos detenemos a hacer una reservación en un hotel de lujo, en un restaurante gourmet o a comprar una joya en la tienda mas exclusiva. Pobre de mi si cuento a mis amigos que mi pareja nada me regalo, que decidimos enviarnos una carta de amor para sellar este pacto que hicimos hace ya algún tiempo, que acordamos realizar una pequeña muestra de amor dia a dia, que cada buenas noches traería consigo la energía del amor, que cada gesto y cada decisión la haríamos con la idea de que al pensar en la otra persona, al querer hacerla sentir bien, le estamos diciendo a voz en cuello todo lo importante que es para nosotros.
Hemos olvidado enseñarle a nuestros hijos a tolerar a ese niño hiperactivo que los saca de sus casillas, a compartir la merienda con un amigo, a ayudar a la niña que se cayo en el patio a levantarse. Hemos olvidado tantas cosas en este mundo loco y desbordado de gente que te mira pero no te ve, que te oye pero no te escucha. Hemos perdido la capacidad de ayudar al vecino a subir la compra 3 pisos sin ascensor, de voltear el rostro hacia aquellos que lo tienen lleno de desesperacion y de hambre.
Justo ayer estuve con unos amigos en un restaurante a comer, cada uno de ellos se había llenado de regalos y de halagos entre si celebrando de antemano el DIA del amor. Pedimos mucha comida, comimos nosotros y todavía había para compartir, pero ellos salieron alegremente del sitio sin mirar a su alrededor, donde había 3 niños en harapos, los rostros de la pobreza extrema y del hambre, los rostros de nuestro futuro, del camino que vamos trillando. Nadie los ve. Mi amigo no encuentra que mas regalarle a su novia y ella se desvive esperando su demostración de amor para corresponderle, pero no ven a su alrededor, no se miran mas que a ellos entre si. ¿Para que sirve el dinero?
Estoy convencida que mas que salir a celebrar el dia del amor y la amistad deberíamos sentarnos en familia a cuestionarnos a nosotros mismos que hacemos para demostrar en el dia a dia nuestro amor y nuestra amistad, nuestro nivel de compromiso, primero con nosotros mismos, luego con nuestra familia, con nuestro vecino, con la sociedad y con esta media isla que tanto necesita de personas que adquieran el nivel de conciencia preciso para hacer un alto y levantar la voz. Levantarla para decir TE QUIERO, para demostrarlo, para hacer un espacio en el corazón de esta sociedad que ha olvidado el verdadero significado del AMOR Y DE LA AMISTAD.
Eugenia Rosario